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El dolor no es tan inconsciente, a pesar de lo mucho que podemos renegar de él, termina convirtiéndose en un compañero, y muy irónicamente, en casi un confidente. Si logramos desdramatizar la situación, nuestra visión rota en algo de 180 grados, recuperamos la sensación perdida y los impulsos comienzan a sentirse con la intensidad, quizás no con la intensidad de siempre, pero sin duda con una sensación de agrado y vitalidad que siempre es muy bienvenida en estos cuerpos no tan jóvenes...

Saquémonos esta capa sombría que nos cubre, no ironices con la vida misma, solo vívela a rabiar… si no hay paraíso ¿Dónde demonios estarás?

Mi remordimiento ya no es el mismo, me desvele por tu causa y casi pierdo el rumbo en mi caída... Y después de mucho vino bajo nuestras bocas, de ebrias desolacionaciones nocturnas y conversaciones interminables con nobles extraños, hoy tranquilo con certeza sé que fui yo quien se quedo sin tu compañía.

Las cosas ya no duelen como antes, y eso nos hace más consientes.

Acaso no te sucede que de pronto solo te sientes encerrada?, sin ventana alguna para arrancar… el puto, pero fiel, cigarrillo se consume lentamente al igual que tu memoria, ¿no anhelas la compañía? , ¿añorar los besos fantasmas?, eternas caricias perdidas en falanges extrañas.

Por qué no llevar mi ser contigo?… tómame una vez más, y piensa que la eternidad esta de tu parte, seamos cómplices en esta huida subjetiva de la realidad. No vaciles ni tiembles ni evadas.

Pon el disco de tus sueños añorando su realidad, que gire lentamente en las planicies de tu cuerpo extrañado. Que las ideas parezcan escasas en esta noche oscura de mis días, al no encontrar el aura que otrora me iluminaba con inmensa seguridad, hasta tu imagen parece lejana en esta hora de desprecio.

Y al parecer que finalmente se ha encontrado el camino, que una vez más a de guiar nuestros pasos, esta noche te espera el amor en mis brazos. Tardía el recuerdo en mi ser superior, ya no basta mirar hacia atrás, sino que encontrar en mi frente un futuro de lejanías obsoletas. Guía mi mano sobre esta hoja virgen de letras violadas e impuras. Arranca esta amargura vil de este cuerpo agotado.

No basta con una conversación, ni ya con las simplezas abruptas de espejos rotos a mi imagen. Hace tanto que me la paso vagando en busca de tu cuerpo mojado, maldito minuto atrasado que me hizo volver atrás.

R E S P I R A

“En la prisión del deseo estoy junto a ti”

E. B.