“La memoria se resiste al olvido”...
“La memoria se resiste al olvido”... dijo ésas palabras y me cagó, destruyó mi mundo de colores y de hechos, mi pequeño mundo de razones y explicaciones, mi pequeño mundo de sueños y lugares...
¿Cómo entonces olvidarla a ella, cómo entonces olvidar su olor, su aroma, su cuerpo?
¿Cómo olvidar su aliento, su piel húmeda y sus jadeos, cómo olvidar su saliva cuando sobre mí dormitaba, cómo olvidar sus ojos enrojecidos y con lágrimas cargadas de pucheros y mocos, cuando debía marcharme?
Son los recuerdos que la llaman, que me desgarran, que no me dejan de perturbar haciendo su carne presente y triste mi pasar: el sabor de su llama no ha terminado de consumirse, arderá mi cuerpo mientras los recuerdos la llamen y transformen en carne, ojos y sangre su paso por mí.
Noches de sueño, noches de insomnio y noches sin noche la presentan, como en un constante estreno y repetición que no parece ni desea acabar, la película se rebobina y aparece, el film no se agota de entregar imágenes remasterizadas, no deja de constituirse en presente cuando mis anhelos por olvidarla se agotan y ceden paso al esplendor de su recuerdo.
Ella se dibuja, se arma, limpia de sí aquellas circunstancias en que pude llegar a odiarla, se configura como un lego que es perfecto en su armado, afuera quedan los vasos hechos trizas y las pesadillas, la sombra y el fango, atrás queda el silencio y la despedida, la mano en alto que dice hasta aquí recala el barco, hasta aquí la noche deja su blonda cabellera de estrellas reposar sobre la tierra y comienza el grito del cielo a dispararse.
No es necesario describir nada, la foto permanente de ella habita en mí, con la compañía del tiempo (y ésa estúpida mierda de que todo lo olvida y todo lo borra no es así) está conmigo depurada, transformada en la mujer deseada, la mujer perfecta, sin error pasado, inmaculada.
He estado cerca de ti en demasiadas ocasiones, pero sin verte, sin escucharte, he caminado a tu lado, y tan sólo después he tomado noción de ello... esta semana estuve en constelación con tu trayectoria, pero ni rozarnos el destino ha dejado... lluvia de miel sobre el campo de malezas...